Novedades
Las horas del día
Fue el último poema que escribí en mi vida. Un artista me lo había solicitado para un catálogo. "Debe tratar del paso del tiempo", decía. "Sobre eso lo sé todo -le contesté-. He visto Érase una vez en América un millón de veces". Al artista mi poema no le gustó un pelo. "No me siento reflejado", me dijo. Creí que buscaba arte, no un espejo.
La mariposa y el dragón enmascarado
Tomé asiento en la gran butaca roja de Manolo Hidalgo. Otros insignes artistas habían plantado sus posaderas en ella. La mariposa revoloteaba. El amor perdido siempre está al acecho. El dragón amarillo, refugiado en la camisa, me defendería. Las máscaras no sirven para nada.
Apuntes de hoy
Novedades
Acciones de Documento